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lunes 20 de noviembre de 2017

Para bien o para mal, Dimitrov

El bulgaro venció a Goffin por 7-5, 4-6 y 6-3 y se coronó campeón del Master de Londres.

Pasó una temporada repleta de sorpresas, leyendas vigentes como Roger Federer y Rafael Nadal volviendo a ser protagonistas, un pésimo año para Novak Djokovic y Andy Murray, los dos máximos animadores de temporadas anteriores y la confirmación de algunos jóvenes que son el legado. Dos de ellos protagonizaron la final de hoy que terminó con Grigor Dimitrov coronándose frente a David Goffin.

El partido fue parejo y entretenido de principio a fin, sin embargo fue el nuevo número 3 del mundo quien determinó el ritmo del partido. Esto se debió en gran parte a la irregularidad que tuvo en su juego, siendo muy fuerte cuando se soltaba y ajustaba sus golpes y bastante frágil cuando se dejaba invadir por sus propios errores o le daba la iniciativa a un belga que fue regular y aprovechó cada oportunidad que se le presentó.

El primer parcial fue un claro ejemplo de lo que ocurriría todo el partido, el nacido en Haskovo comenzó con dudas y su rival lo atropello, para rápidamente ponerse 3-1 en el marcador, sin embargo el sexto preclasificado comenzó a asentarse y logró primero quebrar para empatar y luego repetir en el décimo segundo game para llevarse el primer juego por 7-5.

El segundo set comenzaría parejo, con un Dimitrov algo más dubitativo y errático, algo que terminaría saliendole caro. Y es que el oriundo de Lieja con su juego siempre exigente para sus rivales terminaría haciéndole pagar cada error cometido en el séptimo game con un quiebre que sería definitivo, ya que luego de este no volvería a ceder su saque en el resto del parcial para llevárselo por 6-4.

El último juego fue mucho más similar al primero, con un búlgaro suelto, que se hacia protagonista y obligaba al belga estar en una postura defensiva casi permanentemente. El quiebre llegó en un largo sexto juego en el que el séptimo preclasificado parecía estar aferrado a caer y dio todo para evitarlo, pero fue en vano, el pupilo de Daniel Vallverdú logró arrebatarle su game de saque y luego mantener su servicio en dos ocasiones para llevarse el partido y coronarse campeón del último torneo de la temporada.

Con esta victoria Dimitrov, consiguió su máximo título como profesional en su debut en el torneo, trepo hasta la tercera posición del ranking mundial y encarará la próxima temporada con otra confianza, esperando que esta sea su temporada de despegue definitivo.