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River se perdió en el bosque
River Plate comenzó el torneo con buenas victorias pero poco a poco fue cayendo, y esta noche sumó otro episodio para el olvido tras perder con Gimnasia de La Plata por 2-1. Los goles del Lobo los marcaron Nicolás Colazo y Brahian Alemán, mientras que para la visita había empatado transitoriamente Ignacio Scocco.
Los dirigidos por Marcelo Gallardo muestran intenciones pero no encuentran el rumbo, en cada una de sus presentaciones intentan ser los protagonistas arrinconando a su rival en el área contraria pero la falta de precisión y de profundidad hacen imposible el dominio futbolístico. Y hoy no fue la excepción, intentó pero no pudo generar grandes ocasiones de gol durante la primera parte.
Entre las pocas jugadas destacadas se encuentran un disparo de Nicolás De La Cruz y un cabezazo, tras un córner, de Marcelo Saracchi que Martín Arias despejó de manera espectacular. Por el lado del conjunto local, el juego ofensivo fue escaso ya que esperó constantemente el error contrario.
El inicio del complemento se dio de la misma forma, lo que les permitió a los locales abrir el marcador tras un grave error millonario. Tras un córner a favor de la visita, Milton Casco perdió una pelota y permitió un contraataque a campo abierto para el equipo platense. Nicolás Dibble comandó la jugada pero no pudo con la resistencia de Enrique Bologna, aunque en el rebote apareció Colazo para empujarla.
La apertura del marcador no cambió el rumbo del partido, ambos continuaron realizando el mismo papel. River no pudo entrarle a Gimnasia, que pudo liquidar el partido tras un error en la salida rival. Esta vez fue Leonardo Ponzio quién entregó una pelota mal para que Dibble quede de cara al arquero, que evitó de forma espectacular la caída de su arco.
De tanto intentar, los de Núñez lograron igualar el marcador con un gran tiro libre ejecutado por Ignacio Scocco que no le dio posibilidad a Arias de rechazar. El delantero ex Newell's llegó a los 14 gritos con la banda en tan sólo 21 partidos, lo que le da un promedio de 0,66 goles por encuentro.
El duelo se encaminaba a un empate pero en la última jugada del encuentro apareció Alemán para inventar de media distancia un potente y bien direccionado disparo que le iba a dar la victoria al conjunto local. El número 10 remató de zurda y convirtió ante el arco de Bologna, que no tuvo responsabilidad en el gol.
Los dirigidos por Marcelo Gallardo muestran intenciones pero no encuentran el rumbo, en cada una de sus presentaciones intentan ser los protagonistas arrinconando a su rival en el área contraria pero la falta de precisión y de profundidad hacen imposible el dominio futbolístico. Y hoy no fue la excepción, intentó pero no pudo generar grandes ocasiones de gol durante la primera parte.
Entre las pocas jugadas destacadas se encuentran un disparo de Nicolás De La Cruz y un cabezazo, tras un córner, de Marcelo Saracchi que Martín Arias despejó de manera espectacular. Por el lado del conjunto local, el juego ofensivo fue escaso ya que esperó constantemente el error contrario.
El inicio del complemento se dio de la misma forma, lo que les permitió a los locales abrir el marcador tras un grave error millonario. Tras un córner a favor de la visita, Milton Casco perdió una pelota y permitió un contraataque a campo abierto para el equipo platense. Nicolás Dibble comandó la jugada pero no pudo con la resistencia de Enrique Bologna, aunque en el rebote apareció Colazo para empujarla.
La apertura del marcador no cambió el rumbo del partido, ambos continuaron realizando el mismo papel. River no pudo entrarle a Gimnasia, que pudo liquidar el partido tras un error en la salida rival. Esta vez fue Leonardo Ponzio quién entregó una pelota mal para que Dibble quede de cara al arquero, que evitó de forma espectacular la caída de su arco.
De tanto intentar, los de Núñez lograron igualar el marcador con un gran tiro libre ejecutado por Ignacio Scocco que no le dio posibilidad a Arias de rechazar. El delantero ex Newell's llegó a los 14 gritos con la banda en tan sólo 21 partidos, lo que le da un promedio de 0,66 goles por encuentro.
El duelo se encaminaba a un empate pero en la última jugada del encuentro apareció Alemán para inventar de media distancia un potente y bien direccionado disparo que le iba a dar la victoria al conjunto local. El número 10 remató de zurda y convirtió ante el arco de Bologna, que no tuvo responsabilidad en el gol.