Una lluvia torrencial, que se alternaba con destellos de una furiosa tormenta eléctrica, fue la carta de presentación del partido. Detrás de una densa cortina de agua hubo fútbol. O al menos eso fue la propuesta de los locales, que durante los minutos iniciales le intentaron de dar un buen destino a su juego. Con Matías Suárez como eje de la creación, el Pirata se acercó al terreno rival, pero la falta de profundidad los complicó.

El correr del reloj acomodó al Globo en la tempestad. Por las bandas, Romero Gamarra empezó a carretear y ganó en peso. El volante se hizo dueño de los ataques de Huracán, y neutralizó el planteo de los de Lavallén. Aun así las limitaciones de ambos equipos se acentuaron, y las ocasiones riesgo brillaron por su ausencia. Mientras la fricción y el roce crecieron y se hicieron moneda corriente, los arqueros trabajaron poco y nada.

Ya sin el clima adverso de la primera parte, el complemento dejó otra versión de ambos conjuntos. Los cordobeses, más punzantes, encontraron en el ingreso de Leonardo Sequeira una carta fuerte para romper con la igualdad. El volante tuvo a los 16 minutos del segundo tiempo una opción para festejar, pero Marcos Díaz puso toda su jerarquía para quedarse con el grito del anfitrión.

Siendo protagonista, Belgrano lo acorraló al Globo. El dominio del Celeste fue aún mayor cuando Coniglio vio la roja. A partir de allí, la superioridad numérica desbordó las intenciones de resguardarse de los visitantes. A menos de 10 minutos para el final del partido, Suárez pescó una pelota suelta en el área a la salida de un lateral y no perdonó. Su remate fue imposible de contener y desató el delirio en las tribunas.

De esta forma, Belgrano redondeó un buen arranque de campeonato y se metió en zona de clasificación para la Copa Sudamericana del 2019. En cambio, el equipo de Parque Patricios dejó pasar el tren y no puso arrimarse a los líderes de la Superliga. Quedó a seis unidades de Boca, que el domingo buscará estirar su ventaja en la cima. Los dirigidos por Gustavo Alfaro tienen la mente metida en otra tabla: en los promedios, están a nueve de Olimpo.