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jueves 28 de diciembre de 2017

¿Por qué es traición? ¿Es traición?

El reciente pase de Julio Buffarini a Boca desató el enojo de muchos hinchas del equipo azulgrana, y volvió a poner en el tapete el eterno conflicto de la fidelidad de los ídolos. Una historia de negociaciones, dólares y representantes que pasa lejos del verde césped.

Una foto. En tiempos de redes sociales, sólo eso basta para que las cataratas de rumores y especulaciones se derrumben o se confirmen. Así fue el caso de la transferencia del ex lateral de San Lorenzo. Sonrisa de por medio y posando, lapicera en mano, Buffa estampó su firma en el contrato que lo vinculará con la institución de La Ribera hasta junio de 2021, y dio rienda suelta a un ciclón de críticas. Le dijeron de todo menos lindo.

Otra foto. Esta vez, un mural de Parque Chacabuco, al límite con Boedo, que inmortalizó al jugador con los típicos colores de San Lorenzo, apareció vandalizado con una consigna lapidaria. Un furioso "Traidor Puto" escrito con un indeleble aerosol que rompió con la armonía del recuadro urbano y puso de manifiesto el sentimiento de muchos simpatizantes del equipo del papa. Irónicamente, una actitud poco cristiana. Generalizar el pensamiento de toda una fanaticada por un caso podría ser algo drástico, pero poco tiempo después las redes sociales, ese antro en donde la descarga emocional es moneda corriente, también fue testigo de repudio. Luego, hasta Matías Lammens se encargó de marcar su posición en el Buffagate. "Debería sincerarse y decir que eligió a Boca por lo económico. Son pocos los jugadores que juegan por amor a la camiseta", sentenció. Duro.

Muchos usuarios le recordaron al ídolo, clave en la única Copa Libertadores que adorna las vitrinas cuervas, una frase que dijo previa a su partida al San Pablo: "San Lorenzo será prioridad cuando vuelva a Argentina". De ahí se desprendieron las acusaciones de traición, en los virales tribunales de Facebook y Twitter. El enojo ya había hervido.

Parece que cambiar de club es desleal, como define a la traición el diccionario de la RAE. ¿Está prohibido que te llame un club rival? ¿Lo pena la FIFA, o el castigo se liga a esa actitud barra brava que muchos hinchas tienen adentro? Lo cierto que la cuestión es un negocio también. Porque el fútbol es un trabajo para los que juegan, y no sólo una pasión para los que alientan. No todo es la frase de Francella en el Secreto de sus Ojos. El lateral viene a ser titular en el equipo que va puntero de la Superliga, jugará un torneo internacional y ganará dinero. Condiciones similares vivió luego de dejar Ferro y salvarse en la promoción con los de Boedo.

Buffarini llegó porque Boca lo quería, así como a lo largo de la historia San Lorenzo se quedó con varios valores del equipo Xeneize. El enfrentamiento existe, pero también la exageración. Hoy, cuando el Pampa Biaggio pone un equipo en cancha, lo alinea a Nicolás Blandi. Nació y salió campeón con la azul y amarilla. Lo mismo con Matías Caruzzo. Ahí no hubo traición ¿o sí?

Aldo Paredes, que levantó tres títulos con el Ciclón, salió de la institución de La Ribera. Oscar Ruggeri también jugó para ambos clubes. Los casos se repiten de un lado y del otro. El Burrito Rivero llegó en la era de Julio Falcioni proveniente del azulgrana. Si hasta Blas Giunta, ídolo entre ídolos en La Bombonera, jugó en el Gasómetro.

La acusación traición es la escapatoria que tienen los extremistas ante un desagrado. Pasó con unas amenazantes pintadas en Rosario con el traspaso de Javier Pinola de Central a River, y seguirá pasando con otros casos. Resta saber quién será el próximo, o si se aprenderá a convivir con los rivales.