El reino del revés. Un delantero va con la tres mientras un central se queda con la nueve. Otros, con la posibilidad de adueñarse del que más se les plazca, deciden calzarse el 99 o el 80. Más que algo que los represente, podría ser un porcentaje de su talento con los pies. Casos como estos se cuentan por montones, pero algunos fueron más resonantes que otros.
Tévez, flamante refuerzo de Boca, posa junto a Daniel Angelici y a Emmanuel Mas. Lejos de la fastuosa presentación, con La Bombonera a explotar en 2015, el delantero sonríe para las cámaras y enseña la camiseta que adoptará para afrontar su tercer ciclo en el club. El 32. El mismo que lo vistió en Inglaterra y China. No aceptó la diez de Edwin Cardona y además rechazó la capitanía que le corresponderá a Pablo Pérez en símbolo de que no quiere resaltar por encima del grupo.
¿Qué hay atrás de ese número tan raro para un delantero de su calidad? Si bien el jugador nunca le atribuyó un significado puntual, se lo adueñó como propio. "Siento que es mío", declaró en varias oportunidades a la prensa. En el rubro del marketing también le dio resultado, ya que cuenta con una marca de ropa deportiva: TVZ 32. Lo empezó a usar en el West Ham, se lo llevó a Machester United y lo conservó cuando se cruzó de vereda en el City, y lo volvió a usar en Shanghai Shenhua. Para este renovado ciclo en el club de la Ribera, se lo pidió a Fernando Evangelista, lateral que lo tuvo asignado durante el semestre anterior.
En el resto del mundo sobran los casos de dorsales que han liberado la imaginación sobre el origen de su elección. Para esto, los cracks brasileños están hechos a la medida. Primero fue Ronaldo. El goleador arribó al Milan en 2007, y además de haber sido el primer jugador en disputar el clásico español y el Derby de la Madonnina con las cuatro camisetas, eligió la 99. El motivo es raro, ya que manifestó que fue por la víspera del centenario del Corinthians, institución de la que el Fenómeno es hincha. Algo similar hizo Ronaldinho con el 80, por 1980 año en el que el ex Barcelona nació.
En el pasado Mundial de Clubes, el Pachuca mexicano rompió el mercado de pases para reforzarse con la intensión de estar a la altura. Pese a que no pudo sobrepasar la línea de Gremio en semifinales, dejó un sinfín de curiosidades en las espaldas de sus jugadores. Keisuke Honda se mostró con la 02, sí con el cero incluido. Pero además en el torneo doméstico presentó al juvenil Erik Sánchez con el 298. El argentino Sebastián Palacios dejó Talleres en este receso y se sumará al equipo azteca con el 34, mismo que usaba en la T.
Si de ceros se habla, Hicham Zerouali es el indicado. El atacante marroquí se hizo más conocido por usar el cero en su camiseta que por sus actuaciones dentro de la cancha. Llegó a jugar en el Aberdeen escocés, en donde disputó 37 partidos y convirtió 11 goles. En 2004 falleció en un trágico accidente automovilístico luego de jugar un partido y anotar un tanto.
Asamoah Gyan con la tres y Halid Boulahrouz con la nueve no parece ser nada fuera de lo normal. Pero el africano es uno de los delanteros más importantes de Ghana, reconocido por fallar el penal contra Uruguay en el Mundial del 2010, y se adueñó del dorsal típico de un lateral. Por su parte, el holandés llegó al Chelsea de Mourinho en la temporada 2006/07 y, como el Drogba era el once, el central decidió disfrazarse de atacante, pero ni eso lo ayudó a pisar fuerte en la institución de Londres y se fue sin jugar mucho y sin marcar goles... Podía pasar.
Probablemente, la más curiosa de todas las anécdotas de este repaso la protagonizó Iván Zamorano. El chileno fue compañero de Ronaldo en el Inter italiano. El Bam Bam, acostumbrado a la tradicional 9, la pidió, pero estaba reservada para el brasileño. El ingenio del ex Sevilla lo llevó a usar la 1+8. Básicamente, la dieciocho con un pequeño y casi indistinguible signo mas. Un poco de matemática y todos contentos.
Para homenajear, destacarse, o marketing, los números se han convertido en una marca registrada. Por ejemplo, CR7 de eso sabe, y mucho. Pero algunos jugadores se salen de esto y rompen con la armonía de las alineaciones chapadas a la antigua. Del 1 al 11. Cada vez es más frecuente encontrarse con estos rebeldes, aunque todavía en competencias fuertes como un Mundial no se acepta números por fuera del límite del 23.