En el desquite en Catamarca, La Joya borró a su rival en el primer round con un terrible e histórico nocaut. Adrián Verón no pudo con la potencia del local y sufrió desde la primera campanada.
Una definición espectacular y sorpresiva. El campeón Welter argentino liquidó en dos minutos a su retador y desató un festejo explosivo en el público. Una vuelta fue suficiente para derrumbar las posibilidades del nacido en Río Gallegos, y ahora anhela una suerte mundialista.
Pero ninguna revancha es tal sin una contienda original. Allí, Barrionevo necesitó de seis asaltos para noquear a su rival. Una derecha entró en la mandíbula del santacruceño y lo mandó a la lona. Las piernas flojas y la falta de equilibrio dejaron sin chances de seguir a Verón, que se fue del Polideportivo Roberto Pando, en el complejo del club San Lorenzo de Almagro, con la sangre en el ojo.
Pero cerca 90 días después el desquite se hizo realidad. Como las grandes rivalidades, la contienda se promocionó como una de las más importantes del año y llevó el nombre de La Joya- Chuky II. Esta leyenda adornó el coliseo Fray Mamerto Esquiú de Catamarca.
Barrionuevo, que integra el Top Ten del ranking del Consejo Mundial de Boxeo, subió al ring con un récord de 33 victorias, 28 de las cuales fueron por la vía rápida, tres caídas y dos empates. Favorito y en su tierra: todo estaba preparado para lucirse. Por su lado, el sureño arribó a la pelea estelar con 21 triunfos, 13 por nocaut, y dos derrotas.
Todo rápido. Cortito y al pie, aunque en este caso fue cortito y al piso. El primer aviso fue a los segundos de arrancado el combate. Con una certera mano, Barrionuevo sentó en la lona a su rival. Con la mirada perdida, como si no supiera qué tren lo pasó por arriba, Verón apenas pudo levantarse y levantar la guardia. Pero el norteño le iba a tener preparado todo un arsenal de golpes que terminaron con la definición veloz. El KO cayó a los dos minutos y generó la algarabía de los presentes.
Con la fulminante victoria, La Joya sueña en grande. No sólo se golpea el pecho con el orgullo de seguir manteniendo el título Welter en su provincia, sino que sus aspiraciones de una pelea mundialista le ponen presión a su promotor, Sampson Lewkowicz. "Espero la posibilidad. Estoy listo", sentenció el púgil, que aguarda afilado a una prueba en un gran escenario.