Ni el sol, ni el calor los frena. La exigente pretemporada de 8 semanas recién empieza a aflorar, y los jugadores de la Selección Argentina de bádminton ponen bajo las órdenes y el acompañamiento del entrenador. El efecto de los trabajos del profe también se nota al terminar el doble turno al finalizar las pasadas en las pistas de velocidad del Cenard. Se respira deporte.
Este año no será uno más para la especialidad. La ilusión de tener por primera vez en la historia a un representante en una cita olímpica es motivación suficiente. "Estoy ansioso, pero trato no transmitírselo a los chicos", se sincera Rodrigo Cavedale, preparador físico del grupo, en relación con la participación que le espera a Mateo Delmastro en el mes de octubre. Por más que sea una competencia para menores, la preparación apunta a la máxima exigencia, ya que los Juegos de la Juventud están en el segundo escalafón en los estándares del Comité Olímpico Internacional. La vara está alta.
Por la mañana, tareas en el gimnasio y por la tarde es todo juego, que se reparte en las tres canchas profesionales que hay en el complejo de alto rendimiento. La cuarta está a punto de ser utilizada. Y no es un detalle menor, ya que cada una cuesta el valor cercano a los diez mil dólares. Una vez más el aspecto económico aparece en el deporte amateur. "Algunos equipamientos son caros, y son difíciles de conseguir. Hay pocos importadores que traigan lo que necesitamos", remarca Cavedale mientras muestra una pluma, cuyo set completo de 12 ronda los 35 dólares. Para él no es sorpresa contar que hasta las comprar las zapatillas especiales para bádminton son una traba.
Ya están peloteando, y las indicaciones del entrenador Martín Trejo se mezclan con la música que acompaña el entrenamiento. Pero lejos de algo relajado, los chicos, atletas que rondan los 13, 15 o 17 años y representan a argentina se lo toman en serio. "El grupo salió de la separación de los mejores jugadores jóvenes a nivel nacional. Es un proceso que aún no está terminado y que necesita ajustes. La idea nuestra es prepararlos para las competencias internacionales, y hay una gestión detrás que lo permite", destaca la cabeza de la selección y reafirmó que sin los recursos del Enard sería muy difícil logar los objetivos.
La tradición por la práctica de bádminton no es algo que esté naturalizado en el país. El poderío asiático eclipsa en parte las tareas que se desarrollan en otros continentes. Si bien en la actualidad el número uno del ranking masculino es un danés, Vikton Axelsen, la historia marca un panorama distinto. 25 de las 34 medallas doradas se reparten entre China, Indonesia y Corea del Sur. Desde Barcelona en 1992, primera vez que fue una prueba oficial en todas sus modalidades (Singles, Dobles y Dobles mixtos), nunca un argentino llegó a una medirse en ese nivel.
Los viajes al extranjero sirven para el crecimiento, fomentar el roce internacional. Para Cavedale, es mejor profundizar un proyecto propio a nivel nacional y no seguir ejemplos de otros países. "No se puede copiar ningún modelo", dice, pero aclara: "Lo ideal es aumentar la base de jugadores que practiquen el deporte, a la vez que se extiende la disciplina en el plano institucional y del rendimiento".
Trejo coincide. Hoy celebra que el bádmiton esté incluido en el Programa de la Secretaría de Deportes. Del mismo modo, considera que la reestructuración del sistema de torneos nacionales favorecerá aún más. "Antes, cuando yo jugaba habían dos campeonatos. Hoy hay 5 regionales, que rompen las barreras geográficas".
La familia también forma parte del desarrollo del atleta, y en el Cenard también se trabaja fuertemente con eso. "Yo lo llamo el triángulo de la felicidad. Entrenador-Jugador-Padres", detalla el formador. En sus dos años en el seleccionado, reconoce que la actual generación de adolescentes está provocando un quiebre. Se agarra de las enseñanzas de Julio Velasco para sintetizar para de sus aspiraciones. "Cada uno es una tecla, y como en un piano, suenan distinto. Algunos requieren que estemos encima, otros no tanto".
Porque hubo pasado, hay presente y habrá futuro. El primer paso de esta renovación que aspira a enaltecer los valores del deporte amateur tiene su prueba de fuego en los Juegos Olímpicos de la Juventud. De la mano de las políticas del sector, en la que cada vez más escuelas y polideportivos se suman al juego de la pluma y la raqueta, la Selección Argentina está en buenas manos.