El proceso de preparación para los Juegos Olímpicos de la Juventud sigue en marcha, y es difícil no pensar en octubre. Las kamikazes juveniles aprovechan los amistosos ante Uruguay y contra la Selección Mayor de Beach Handball en el Cenard para sumar valiosos entrenamientos, pero sin perder las ganas de ganar sea o no un partido oficial, haya o no público alentándolas.
Leticia Brunati, la entrenadora de la Selección Juvenil de Beach Handball, confía plenamente en sus jugadoras y pone la vara alta pensando en lo que se viene. “En principio, nosotras aspiramos a ganar una medalla”, afirma sin dudar demasiado. El gran presente que viven sus dirigidas será sin lugar a dudas algo a seguir en el futuro.
El 3° lugar en el mundial juvenil del año pasado en Mauricio fue un punto de inflexión en la preparación de las argentinas. “Estando allá, pensaron que podían llegar a ser campeonas del mundo. El primer logro, más allá de la medalla en sí, fue el cambio psicológico para pensar que podíamos lograr algo diferente”, detalló Brunati sobre la nueva mentalidad de cara a las competencias que se afrontan.
Esta mañana, los partidos ya fueron abiertos al público, y las Kamikazes juveniles pudieron vencer tanto a las mayores como al conjunto uruguayo. Para la entrenadora, este grupo seguramente pueda lograr el objetivo de “mantener un nivel de estatus mundial” cuando lleguen al primer equipo nacional. “Incluso espero que algunas de las chicas vayan ahora al Panamericano mayor”, comenta sobre el torneo que se viene entre el 8 y el 11 de marzo en los Estados Unidos, y que clasifica al Mundial de Kazán, en Rusia.
La concentración en el Cenard de esta semana también le dio la chance a Andrés Sanz, el preparador físico de las kamikazes mayores y juveniles, de seguir trabajando con este grupo de jugadoras. Él resalta que “con las juveniles es un proceso a largo plazo que arrancó hace dos años, y es algo lógico de la edad. Van a tener una preparación parecida a las mayores en julio cuando estemos cerca de los juegos”.
En cuanto al énfasis en los trabajos físicos en la playa con respecto al indoor, Sanz indicó que la resistencia se trabaja un poco menos, pero que la fuerza es un aspecto clave. “En la arena te cuesta más saltar porque la superficie es inestable. Entonces se pretende mejorar el salto, los lanzamientos, y la velocidad por el tema de los cambios”.
Con una gira europea en el camino y el objetivo final de Buenos Aires 2018, el Beach Handball da indicios esperanzadores con respecto al futuro próximo. El apoyo del Enard, asegura Brunati, fue indispensable para el bronce en el Mundial, pero también le permite a las jugadoras poder evitar las complicaciones económicas de los viajes. Ahora, las jugadoras pueden enfocarse solamente en representar a la Argentina y dejar al país lo mejor parado posible. Tanto equipo como cuerpo técnico ve un gran futuro por delante.