Por la fecha 18 de la Superliga, Gimnasia sacó provecho de la falta de contundencia de los locales, golpeó en el momento justo, pero no pudo sostener la ventaja. Por su parte, el Celeste sacó un empate que no le sirve de mucho para salir de la zona baja de la tabla del descenso y se hunde cada vez más en su lucha por permanecer en la categoría grande del fútbol argentino.
El primer tiempo sufrió la ausencia de muchas jugadas de riesgo. Ambos conjuntos se repartieron el dominio del partido, pero no pudieron explotar la profundidad para inquietar a los arqueros. Por el lado del local, el atrevimiento de Fernando Brandán fue uno de los puntos más alto. El volante tuvo la opción más clara con un cabezazo que sacó lo mejor de Martín Arias. En cambio, el Lobo, frente a la buena tarea defensiva de su rival, apeló a los envíos desde balones detenidos y remates de larga distancia.
Para la segunda mitad, Temperley se animó y estuvo cerca de romper el cero. A los dos minutos del complemento, Gaspar Gentile hizo protagonista al Gasolero con una definición que obligó al as de Gimnasia a lucirse para evitar la caída de su valla. A partir de ahí, el efecto contagio se propagó en las filas del local, que terminó de arrinconar a la visita.
Pero en el fútbol no todo es merecimiento. Antes de los 10 minutos, y en el peor momento de los platenses, Faravelli sacó agua de las piedras a través de un disparo esquinado que sorprendió a la zaga anfitriona. El mediocampista alcanzó su tercer gol en la Superliga, y se puso a dos de Nicolás Colazo, actual artillero tripero. Sin poder capitalizar la ventaja, los dirigidos por Facundo Sava volvieron a ceder la posesión de la pelota. En varias oportunidades, Arias tuvo que jugarse el pellejo para sostener la diferencia.
Con el correr del reloj, las tapadas del arquero visitante volvieron a ser claves en el trámite del partido. El nerviosismo y la urgencia en el equipo comandado por Gastón Esmerado provocaron un cóctel de imprecisiones. Sin la suerte en los últimos metros, pero con entusiasmo para la creación, Temperley se topó casi con un maleficio en el arco contrario. Entre los rebotes caprichosos y el travesaño, se le negó una y otra vez el empate. El desconsuelo del entrenador fue una muestra del momento del elenco del sur del conurbano bonaerense.
El premio al mérito llegó sobre la hora del encuentro. Emiliano Ozuna rompió la sequía goleadora después de cinco duelos. Algo más aliviados por la tarea realizada, los locales terminaron con una sabor agridulce para pensar en lo que viene. Complicado en los promedios, quedó a 13 puntos de la salvación. En la próxima jornada visitará a Unión con la ilusión de revertir el mal momento. "Mientras las matemáticas den, no vamos a renunciar", sentenció Esmerado al concluir los noventa minutos. Del mismo modo no ocultó su fastidio frente a la igualdad. "No me voy contento", concluyó.
Para Gimnasia, los dos puntos que se le escaparon significaron mucha pérdida. El objetivo era arrimarse a Estudiantes y a la clasificación a la Sudamericana, pero la diferencia de 5 unidades lo mantienen alejado del certamen continental. Banfield, en el Bosque, está en el horizonte de los de La Plata.