Un preocupante inicio de campeonato para la especialidad, gobernado por varias deserciones y complicaciones climáticas, fue el contexto para que poco cambie. El equipo que levantó el trofeo el año pasado mostró todo su potencial y empezó a marcar la cancha. El 1-2 de la escudería del rombo levantó el telón más esperado en una plaza

La largada en la catedral de la velocidad porteña tuvo a Ardusso en la posición de privilegio, pero fue Canapino el animador en el retorno de las partidas detenidas. El titán de Arrecifes saltó a lo más alto con una maniobra que sorprendió al campeón defensor antes del ingreso a la primera curva del circuito. El Chevrolet Cruze se aferró al liderazgo y no dejó reaccionar a sus perseguidores. Por su parte, Pernía logró el sobrepaso por encima de su compañero de estructura y se arrimó al segundo puesto.

Los abandonos fueron una constante durante casi toda la carrera. Apenas 11 autos pudieron terminar dentro de la vuelta del puntero. Uno de los que más sufrieron fueron los de Toyota. Matías Rossi perdió todas sus chances en los primeros al sufrir un desperfecto en su unidad Corolla. Damián Fineschi, también de la marca japonesa, se quedó a pie. Del mismo modo, Citroen dio un paso en falso: Facundo Chapur protagonizó un insólito incidente en boxes. El cordobés se tocó con Santero y dio un trompo a la salida de su detención para cambiar neumáticos.

El espectáculo se hizo desear y las condiciones climáticas, que amenazaron con tormentas durante todo el fin de semana, pero Pernía estuvo iluminado en medio del día gris. Una falla en el impulsor de Canapino le permitió al Fluence del Tanito alcanzar el liderazgo. Sin problemas, el de Tandil pudo neutralizar a Ardusso y se fue directo a la victoria. La próxima exigencia del Super TC2000 será en Rosario. Para volver a sentir el rugir de los rabiosos motores v8, habrá que esperar hasta el 8 de abril.