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domingo 1 de abril de 2018

El puntero de la agonía

Con un gol sobre la hora, Boca se quedó con un duelo clave para extender su dominio en la Superliga. El líder no la pasó bien frente a Talleres, pero Pablo Pérez, que llegó entre algodones, puso el 2-1 para desatar el alivio en La Bombonera.

Todavía están recientes los últimos partidos en los que el Xeneize había rescatado unidades importantes en el torneo local, pero también la cuña de la derrota frente a River se mezcló en el desahogo de la celebración en el final. Leonardo Jara fue el héroe frente a Tigre, y Gustavo Bou contra Atlético Tucumán, pero esta vez fue Pérez el encargado de poner en el resultado lo que en el trámite no pudo generar. El valor de sumar fuerte de cara al final del certamen doméstico pone casi una tela de definición.

Sin Carlos Tévez ni Edwin Cardona, el desafío de enfrentarse a su máximo perseguidor se convirtió en una final anticipada. En la previa, la tensión en el estadio fue una muestra de la relevancia del encuntro. Apenas algunos aplausos mientras se nombraba a la formación titular adornaron la tarde en La Boca. El arranque del partido mostró al elenco cordobés animado a ir en contra de la valla defendida por Agustín Rossi. El fuerte de los comandados por Frank Kudelka estuvo en una buena labor en la zona de volantes: Pablo Guiñazú se hizo patrón y anuló las intenciones de los locales de crear.

El correr del reloj impacientó al conjunto de La Ribera, que poco pudo hacer para incomodar a la zaga de la T. Pérez tuvo un andar dubitativo, que sólo pudo remediar con el tanto sobre la hora, y además vio la quinta amarilla. El ex Newell's no podrá ser de la partida frente a Defensa y Justicia. Pero fue Cristian Pavón el encargado de teñir una sonrisa. Sin inconvenientes durante los amistosos con la selección argentina por Europa. El delantero volvió a ser fundamental en el planteo de los mellizos y en una jugada maradoniana le sirvió la conquista a Bou.

La ventaja le solucionó varios inconvenientes al local: erráticos en todas las líneas, sólo Reynoso tuvo una nota destacada en la primera parte. Pero una nueva distracción al momento de defender las jugadas de balón detenido se convirtió en un dolor de cabeza para Boca. Carlos Quintana cabeceó con comodidad y se topó con una floja respuesta de Rossi. A segundos del entretiempo, el arquero no pudo amortiguar el envío y el 1-1 cayó en La Bombonera como un balde de agua helada.

Ya en el segundo tiempo, la dinámica tuvo al anfitrión volcado en terreno rival en busca de la victoria, pero la falta de contundencia e ideas volvió a ser una piedra en el camino. Bou no terminó de gravitar en la ofensiva y el entrenador esperó a los últimos 15 minutos para darle rodaje a Wanchope Ábila. El punta no sólo le dio una nueva versión a los ataques de Boca, sino que fue clave en el gol de la victoria. En el 2-1, el ex Huracán puso el pase final para que Pérez la empuje sobre la línea y desate el estallido.

No la pasó bien, pero sumó de a tres. Para los protagonistas, el resultado quedó por encima del rendimiento, y eso se pudo ver el el desaforado festejo del autor del tanto del triunfo. "Fue uno de mis peores partidos", confesó el capitán al terminar los 90. De esta forma, Boca afianzó su dominio en la tabla general de la Superliga: 50 puntos y nueve de diferencia con respecto a Talleres. La próxima fecha, se medirá otra vez en su casa pero frente a Defensa y Justicia.

En cambio, los cordobeses se desplomaron al escuchar el pitazo definitivo. Supieron que se les escapó una importante chance para mantenerse en la pelea fuerte por el título. Con 41 puntos, la campaña es más que destacable, y la clasificación a la Copa Libertadores de 2019 es casi un hecho. En la fecha 22 se enfrentará contra Independiente.