Del sur llegó la ayuda. El empate en la cancha de Independiente permitió que el Taladro consiga una plaza para la competición continental. El Rojo no tuvo efectividad ni suerte y se quedó en las puertas de logar el objetivo.
El equipo dirigido por Jorge Almirón tomó las riendas del partido desde el inicio. Con ataques directos y vertiginosos, el Grana explotó la velocidad de Lautaro Acosta, y lastimó al local. José Sand fue el faro de referencia para la resolución de las jugadas, pero no pudo doblegar las buenas actuaciones defensivas de Independiente.
Durante la primera media hora Lanús mostró todas sus cualidades en el dominio del balón y consiguió complicar a su rival con embates profundos. Pero el aliento que bajó de las tribunas del Libertadores de América contagió a los protagonistas, que pisaron fuerte, y avanzaron en el terreno contrario. Un gran despliegue en la línea media de Martín Benítez permitió robarle el dominio a los del sur.
Así, los de Avellaneda llegaron al gol. Con 36 minutos en el reloj, Lucas Albertengo asistió de cabeza a Emiliano Rigoni, que no dudo en ensayar una potente volea. El remate fue imposible de sacar y desató el festejo rojo. Tras la ventaja, y hasta la llegada del descanso, el encuentro se convirtió en un monologo de Independiente, que estuvo cerca de aumentar su ventaja.
El complemento rejuveneció a Lanús, que retomó su apremio contra la valla de Martín Campaña, pero no pudo imprimir la profundidad lograda en la parte inicial, y de esta forma, el Rojo se plantó de contra. Las chances más claras estuvieron inclinadas para los de Holan, pero no pudieron concertarlas.
El golpe de escena se dio a los 14 minutos de la segunda parte. Un error en la salida de los locales le permitió a Sand llevar peligro, pero el palo le negó el grito. Aunque en el rebote, surgió Nicolás Aguirre, y, con un potente remate, dejó sin reacción al arquero. El empate no sólo dejó afuera Independiente de la próxima Libertadores, sino que hizo escalar a Banfield a la posición de privilegio.
La igualdad urgió a los de Avellaneda, que desplegaron todas sus cartas en ataque. Andrada, arquero granate, comenzó a convertirse en el héroe de la noche cuando le contuvo un penal a Ezequiel Barco. A los 25, Germán Delfino señaló la pena máxima, pero la pelota no pudo descansar en la red. En las protestas previas, el autor del empate vio la tarjeta roja, y tuvo que ir a las duchas prematuramente.
El resto del encuentro fue tan agónico como electrizante. Totalmente volcado en el campo de Lanús, el Rojo exigió en ofensiva en incontables oportunidades. Los palos y salvadas en la línea le impidió conseguir el tanto que lo catapulte a su primer amor. Banfield sacó tajada de esto, y ocupará su plaza.
La Libertadores se alejaba con cada revolcada de Andrada y con cada fallo en bajo el arco. EL empate no se quebró y el consuelo para el Rey de Copas fue la Sudamericana. Se aseguró su participación para la edición del año entrante. A pesar de esto, Independiente deberá afrontar su compromiso en la actual, en la que se medirá como local a Deportes Iquique el 12 de julio, por la fase de octavos de final.
Por su parte, Lanús cerró su participación en el torneo con una sonrisa. En 2018, tendrá el mismo destino intencional que los rojos, pero ya piensa en sus encuentros por la Libertadores. La semana que viene viajará a Bolivia para enfrentar a The Strongest.