No fue fácil. La final, el hábitat natural del equipo argentino estuvo invadido por el seleccionado trasandino, que planteó un juego defensivo físico. El plan propuesto en la tarde de Lancaster por el conocido Sergio "Cachito" Vigil, ejecutado sin grietas por las Diablas, complicó el trámite para las del conjunto albiceleste. El roce, los choques de palos y los enredos gobernaron el encuentro, pero los goles llegaron y desencadenaron el festejo, y porque no, el desahogo.
Por todos lados la buscaron. La deseada conquista se hizo esperar. La primera mitad fue un monólogo en ataque por parte de las dirigidas por Corradini. De media vuelta, de revés, de córner corto y de toda forma posible, las delanteras exigieron a Claudia Schüler, arquera rival, que se fue transformando en figura. Sus tapadas mantuvieron vivo el partido. Su buena tarde incomodó a Delfina Merino y compañía, que entraron en terrenos de desesperación. Con el correr del reloj, la tensión creció en Spooky Nook.
Pero, en el tercer parcial, se abrieron los espacios. Las Leonas cruzaron la cordillera planteada por la defensa chilena y vencieron los incesantes bloqueos. El ritmo intenso y la paciencia fueron las claves para doblegar a las Diablas. Primero, fue Julia Gomes Fanstasia. La chubutense desniveló en la jugada fija para gritar el gol. Las ataduras de la paridad se rompieron gracias a Julieta Jankunas un minuto más tarde. A los 42, la juvenil definió con categoría para estirar la ventaja.
El descuento creo instantes de zozobra. Nuevamente, al igual que en el duelo correspondiente por la fase de grupos, fue Sofía Walbaum la que achicó las distancias. Pero la reacción no se hizo desear. María José Granatto, antes del cierre del período, volvió a llevar tranquilidad al banco y a todo el plantel argentino. Por último, Noel Barrionuevo puso números definitivos de penal. La máxima artillera argentina en la competencia alcanzó las cinco conquistas, y terminó compartiendo la distinción con una jugadora norteamericana.
Entre las premiaciones previas a la coronación, Paula Ortiz se destacó como una de las mejores jugadoras del torneo. Mientras que Claudia Schüler se alzó con el reconocimiento a la mejor arquera.
Disfrazada de goleada, la trabajada victoria les regaló a las Leonas una sonrisa que se debían. De menor a mayor, pudieron evolucionar con el correr de los partidos y terminaron festejando un merecido título. Con la mente en el próximo mundial del año entrante, el grupo que maneja Corradini tiene el desafío de continuar con la transición y arribar de la mejor forma para seguir haciendo historia.