El proceso de reconstrucción de Philadelphia 76ers estuvo mermado por importantes lesiones en los jóvenes que llegaron del draft para intentar iniciar un camino exitoso. Pero ahora parece estar todo listo para dar el salto de calidad y, quizás, volver a Playoffs en una Conferencia del Este debilitada.

Como llega: la última temporada terminó con un pobre récord de 28 ganados y 54 perdidos, aunque es su mejor marca en los últimos 4 años. La última vez que los 76ers llegaron a playoffs fue en la 2011/12, cuando salieron octavos con un registro de 35-31 (se habían jugado sólo 66 partidos entonces por un conflicto laboral con los jugadores).

Con nuevos rumbos: dos bajas que no causan demasiado daño, siempre que se encuentren los reemplazos que se necesitan. Gerald Henderson fue cortado y ahora deberá buscar un nuevo destino, mientras que Sergio Rodríguez arregló su salida de la NBA y ahora jugará para el CSKA de Moscú en Rusia.

Se ponen la camiseta: la principal bandera fue Markelle Fultz, base y 1° elección del último draft. Ansejs Pasecniks y Furkan Korkmaz también se incorporan por esta vía, mientras que arreglaron sus contratos al estar libres J.J. Reddick (ex Los Ángeles Clippers) y Amir Johnson (ex Boston Celtics), para aportar un poco de experiencia y sobre todo el liderazgo del escolta.

Llave de la temporada: mantener sanos a los jóvenes y explotar su potencial. Fultz es el tercer jugador consecutivo que eligen los 76ers como primeros en el draft, pero Joel Embiid apenas sumó 31 partidos la última campaña por problemas de lesiones, mientras que Ben Simmons directamente vio al equipo desde afuera. Ahora y con una formación que probablemente salga de memoria (Fultz, Reddick, Simmons, Darío Saric y Embiid), todos se tienen fe para sorprendar en la liga con buenos rendimientos.