El estado difícil del terreno del Tomás Adolfo Ducó complicó las aspiraciones de ambos en el juego y terminaron firmando la igualdad. Sin muchas llegadas, pero con mucha fricción, la paridad no se pudo romper y quedaron en deuda con las emociones y el espectáculo.

El arranque del partido mostró toda la ambición de victoria de los equipos. El local tomo la iniciativa de las acciones y le imprimió buen juego al duelo. Desde el mediocampo, el Globo gestó las ocasiones más claras. Patricio Toranzo, Adrián Calello y Alejardro Romero Gamarra se hicieron dueños de la pelota y alimentaron a Wanchope Ábila. El delantero estuvo cerca de romper la igualdad, pero desajustes en la definición le privaron festejar.

Con el correr de los minutos, Unión comenzó a desplegar a sus laterales y emparejó el encuentro. Las proyecciones de Bruno Pittón le dieron aire a la ofensiva tatengue, pero la falta de puntería en los últimos metros rompió con la intención de los dirigidos por Leonardo Madelón de ponerse en ventaja.

En segundo tiempo, el dinamismo y el hambre de gol se transformaron pasividad y conformismo. De a poco, ambos equipos fueron perdiendo en ritmo, y el trámite se tornó cortado. Las llegadas de peligro brillaron por su ausencia y el roce en la mitad de la cancha fue moneda corriente. Apenas algunas búsquedas a partir de jugadas de balón parado le permitieron a los locales acercarse al arco rival, pero la paridad no se pudo romper.

Sobre 56 partidos que disputaron en Primera, sólo dos veces habían quedado en empate sin goles. Esta vez, jugaron a no perder y salió un duelo cerrado. En la próxima jornada de la Superliga, Huracán visitará a Defensa y Justica, mientras que Unión, que mantuvo su invicto y trepó momentáneamente a la cuarta posición de la tabla, recibirá a Olimpo.