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viernes 6 de octubre de 2017

El Fortín estuvo en el arco

Tras igualar sin goles contra Huracán en los noventa, César Rigamonti se lució en la definición por penales y permitió el avance de Vélez a los cuartos de final de la Copa Argentina.

Con un arquero que fue un verdadero muro, el conjunto de Liniers sacó adelante su partido contra el elenco de Parque Patricios. Las polémicas y un cerrado trámite les dieron un marco que contrastó con las tribunas desiertas. En los penales, el Globo no pudo remontar vuelo y se quedó con las manos vacías.

El entorno silencioso, en donde solo se escuchaban las arengas y reproches que los bancos de suplentes derramaron, fue la pintura perfecta para definir el andar del duelo. Vacío en las tribunas y en el juego, al partido le costó tomar vuelo y fueron pocas las alternativas que pusieron contra las cuerdas a los arqueros. El primer tiempo tuvo al Fortín como dominador de las acciones, pero la falta de astucia y eficacia, a la hora de la definición, atentó con las intenciones de los comandados por Omar De Felippe.

Algunas escapadas rebeldes de Matías Vargas fueron en contra de la monotonía de los planteos. Su socio en los lances ofensivos fue Federico Andrada. El ex River fue de lo más filoso y opacó a la figura de Maximilano Romero, goleador del Vélez. Por su lado Huracán se acomodó a una tenencia pasiva y retrasada, que combinó con punzadas de Ignacio Pussetto y Wanchope Ábila.

En el complemento, el Globo se adelantó en terreno contrario y generó de las más claras, pero fue Rigamonti el encargado de ponerle las manos, y un poco más, para sostener la igualdad. A los 75 minutos, el arquero protagonizó la jugada más controvertida del partido: el arquero cortó una oportunidad clara con la mano afuera del área y tan sólo fue amonestado por esa acción. Sin la merecida expulsión y en la reanudación, a partir del tiro libre, un caprichoso e inocente brazo de Luis Amarilla le dio la oportunidad al árbitro de redimirse.

El penal fue un capítulo aparte: Wanchope y Romero Gamarra se disputaron la ejecución y el volante ganó la pulseada. Pero a la hora del remate, nuevamente apareció Rigamonti para atormentar a Huracán. La igualdad no se pudo disipar y la definición se estiró a la tanda desde los doce pasos.

Allí y bajo los tres palos, el ex Quilmes puso toda su experiencia sobre la mesa y contuvo tres remates. Wanchope, Toranzo y Gamarra no pudieron imponerse a su agigantada figura. Fue un 3-1, que puso a Vélez entre los ocho mejores de la Copa Argentina. En cuartos de final, se medirá contra Atlético Tucumán.