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miércoles 29 de noviembre de 2017

Con mística a la final

El Rojo vivió una noche de fiesta y mística copera como manda su historia y vuelve a una final internacional tras siete años.

Independiente sacó a relucir su chapa copera y dio vuelta una difícil serie ante Libertad de Paraguay al ganarle por 3-1 (3-2 el global) y alcanzar una nueva final continental tras siete años. Ezequiel Barco -de penal- y Emanuel Gigliotti con un doblete marcaron para el Rojo. Ángel Cardozo había descontado para la visita.

Un primer tiempo arrollador por parte de los dirigidos por Ariel "Napoleón" Holan ("si ganamos el clásico y llegamos a la final soy como el emperador" había dicho el entrenador en la semana), con actitud, con templanza, con fútbol, como la historia de esa cancha que tantas noches como esta vivió cuando Independiente dominó el continente.

Metidos desde el minuto cero el Rojo se paró en campo rival, y sin desesperarse hizo circular la pelota y mover una línea defensiva de cinco paraguayos que estaba bien plantada pero que al primer error Independiente lo aprovechó y un lateral rápido terminó con Fabricio Bustos ingresando al área y siendo derribado al cuarto de hora para que el árbitro (de muy mal partido como todo el arbitraje de la Conmebol) señalara el punto penal y Barco lo cambiara por gol para poner el empate global.

El envión del tanto de Barco sirvió para que al minuto Independiente haga una jugada made in Holan y de arco a arco, de izquierda a derecha moviera la pelota y llegara al fondo con Maxi Meza que tiró el centro rasante y el Puma Gigliotti la empujara con los tapones. Una ráfaga del Rojo que en dos minutos se ponía en ventaja y se aseguraba un lugar en la final.

Para que sea una noche copera de emociones faltaba el descuento de Libertad, que llegó gracias al buen juego aéreo que poseen los paraguayos, pero el Rojo se volvió a meter en partido y a la media hora de juego Barco combinó por izquierda con Gastón Silva, que fue hasta el fondo y mandó el busca pie para que nuevamente el Puma se arrojara y con la punta del botín desviar el trayecto de la pelota y poner el 3-1 que los ponía otra vez en la final.

En el complemento Libertad fue con todo por el empate global que le diera la clasificación y buscó por todos los sectores y con pelota parada complicando a la defensa de Independiente, que lo contrarrestó con los ingresos de Nicolás Domingo y Fernando Amorebieta, quien neutralizó los envíos por arriba de los paraguayos y sacó todo lo que mandaron para que, tras siete años, el Rojo volviera a una final de copa internacional contra el ganador de Júnior de Barranquilla o Flamengo, que juegan este jueves y en la ida ganaron los brasileños por 2-1.