En los primeros 10 minutos tanto el Liverpool como el Bayenr Múnich comenzaron estudiándose y no se dañaron, sin embargo, el partido cambió drásticamente y ambos subieron el ritmo y la intensidad. Las llegadas aparecieron y Mohamed Salah y Robert Lewandowsky no consiguieron aprovechar las primeras que tuvieron ya que encontraron buenas respuestas por parte de Manuel Neuer y Alisson Becker.

Los Reds intentaron hacer su juego característico basado en la presión alta y asfixiante a la hora de recuperar y las transiciones rápidas y el vértigo al momento de atacar. Durante los primeros minutos, los Bávaros lograron neutralizarlo pero a medida que transcurrieron los minutos el conjunto inglés creció y llegó en diversas ocasiones al arco rival, pero no encontró la precisión para abrir el marcador.

Bayern Múnich también tuvo las suyas, con un disparo desviado por parte de Kingsley Coman y otro atajado por Alisson tras un remate de Serge Gnabry. Sadio Mané contó con tres oportunidades pero tuvo la mira desviada. La mala noticia para el conjunto alemán fue la amonestación de su lateral derecho Joshua Kimmich, que por acumulación no podrá disputar la revancha.

El descanso en el entretiempo no adormeció a ninguno de los dos equipos y ambos mantuvieron el ritmo y el despliegue mostrado en la primera mitad a lo largo del complemento. Sin embargo, la calidad del encuentro para el espectador fue mermando de a poco, ya que por momentos prevaleció la fricción al juego y se prestaron la pelota, evidenciando llamativas imprecisiones. Además, las chances de gol escasearon.

En el final, Liverpool, que fue el local, empujó y disputó las mayor parte de las acciones en campo rival, pero el Bayern pareció conforme consiguiendo el empate y definiendo en el Allianz Arena y se agrupó bien en el fondo. Apenas sufrió en una ocasión, por un cabezazo de Mané, pero Neuer tuvo una respuesta correcta enviando el balón al córner. Finalmente ninguno rompió el cero e irán igualados a la revancha que será el 13 de marzo.